Ley de Medios, la madre de las batallas



LA LEY DE MEDIOS PUNTO POR PUNTO

1) Democratización y universalización

La regulación de los servicios de comunicación audiovisual en todo el ámbito territorial de la Argentina y el desarrollo de mecanismos destinados a la promoción, desconcentración y fomento de la competencia tienen como fines el abaratamiento, la democratización y la universalización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

2) Servicios de interés público

Se considera a la comunicación audiovisual en cualquiera de sus soportes una actividad social de interés público, de carácter esencial para el desarrollo sociocultural de la población, por el que se exterioriza el derecho humano inalienable de expresar, recibir, difundir e investigar informaciones, ideas y opiniones sin ningún tipo de censura.

3) Órganos colegiados

Se crea la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, un órgano autárquico y descentralizado, que tiene como función la aplicación, la interpretación y el cumplimiento de la ley. Su directorio estará conformado por un presidente y un director designados por el Poder Ejecutivo, tres directores propuestos por la Comisión Bicameral de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual, correspondiendo uno a la primera minoría, uno a la segunda minoría y uno a la tercera minoría parlamentarias; y dos directores a propuesta del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual. Existirá también un Consejo Federal cuyos miembros provinciales van a representar a los prestadores privados, a las emisoras universitarias, a los medios públicos y a los trabajadores de prensa.

4) Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual

Se crea la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, un organismo encargado de recibir y canalizar las consultas, reclamos y denuncias del público de la radio y la televisión. Será designado por resolución conjunta de los presidentes de ambas Cámaras.

5) Abono Social

Los servicios de televisión por cable deberán disponer de un abono social. Esta disposición atiende a que, en ciertos sitios, el prestador de servicio de radiodifusión por suscripción a título oneroso, es el único servicio que existe para mirar televisión. Se busca que todos los habitantes tengan acceso a los servicios de radiodifusión y comunicación audiovisual.  

6) Desmonopolización

Con el fin de impedir la formación de monopolios y oligopolios, el proyecto de ley pone límites a la concentración, fijando topes a la cantidad de licencias y por tipo de medio. Un mismo concesionario sólo podrá tener una licencia de servicio de comunicación audiovisual sobre soporte satelital; hasta 10 señales sonoras, de televisión abierta o cable (la ley actual permite que una persona sea dueña de 24) y hasta 24 licencias de radiodifusión por suscripción. A ningún operador se le permitirá que dé servicios a más del 35 por ciento del total de la población del país o de los abonados, en el caso que corresponda. Por otra parte, quien maneje un canal de televisión abierta no podrá ser dueño de una empresa de distribución de TV por cable en la misma localidad, y viceversa. También se impide que las compañías telefónicas brinden servicios de televisión por cable.

7) Titulares de las licencias

El proyecto establece que para ser titular de una licencia se ponderarán criterios de idoneidad y de arraigo en la actividad. Excluirá a quienes hayan sido funcionarios jerárquicos de gobiernos de facto, atendiendo a la importancia de los medios en la construcción del Estado de Derecho y la vida democrática. Cuando el prestador del servicio fuera una sociedad comercial deberá tener un capital social de origen nacional, permitiéndose la participación de capital extranjero sólo de hasta un máximo del 30% del capital accionario.  

8) Participación de cooperativas

A diferencia de la ley vigente, se permite la participación de cooperativas, siempre y cuando se garantice una porción del mercado a un competidor.

9) Plazo de las licencias

La operación de los medios audiovisuales se hará, según la propuesta, por sistema de licencias y las mismas durarán diez años (hoy son por 15) y se podrán prorrogar por diez años más, previa realización de audiencias públicas. Quienes hayan obtenido una renovación o prórroga, no podrán solicitar una nueva extensión de plazo por ningún título.

Al mismo tiempo esas licencias serán controladas cada dos años, para evitar que con la incorporación de nuevas tecnologías -la digitalización- un licenciatario multiplique sus señales, generando un nuevo modo de concentración.

10) Más contenidos nacionales

Los servicios de televisión abierta deberán emitir un mínimo del 60% de producción nacional; con un mínimo del 30% de producción propia que incluya informativos locales.

Los servicios de televisión por cable no satelital deberán incluir como mínimo una señal de producción local propia. También deberán incluir en su grilla de señales originadas en países del MERCOSUR y en países latinoamericanos.

Las radios privadas deberán emitir un mínimo de 50% de producción propia, que incluya noticieros o informativos locales. El 30% de la música emitida deberá ser de origen nacional. Quedarán eximidas emisoras dedicadas a colectividades extranjeras o temáticas.

11) Igualdad de oportunidades

Las emisiones de televisión abierta y la señal local de producción propia de los sistemas de cable deben incorporar medios de comunicación visual adicional en el que se utilice subtitulado oculto (closed caption), lenguaje de señas y audio descripción, para la recepción por personas con discapacidades sensoriales, adultos mayores y otras personas que puedan tener dificultades para acceder a los contenidos.  

12) Acceso universal para la transmisión de eventos deportivos

Se garantiza el derecho al acceso universal -a través de los servicios de comunicación audiovisual- a los contenidos informativos de interés relevante y de acontecimientos deportivos de encuentros futbolísticos u otro género o especialidad. Los partidos de fútbol y otros encuentros olímpicos que sean de interés para la Argentina se transmitirán por la televisión abierta de acceso libre.

13) Publicidad

Se regula el tiempo de emisión de publicidad con el objetivo de proteger al público contra un exceso de interrupciones publicitarias y promover un modelo de radio y televisión de calidad.  

14) Nuevas tecnologías y servicios

A diferencia de la ley anterior, la propuesta contempla el potencial impacto que provocaría la incorporación de nuevas tecnologías y servicios que no se encuentren operativas en la actualidad. Se procura un desarrollo armónico atendiendo a los espacios futuros a crearse por vía de los procesos de digitalización, en los que la pluralidad debe ser garantizada.

15) Radio y televisión estatales más participativos

Se crea Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado, que reunirá a todos los servicios de radiodifusión sonora y televisiva que en este momento se encuentra bajo la órbita del Estado Nacional. El Directorio estará integrado por siete miembros, con un presidente y un director designado por el Poder Ejecutivo y tres directores propuestos por la Comisión Bicameral de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual, uno por la primera minoría, otro por la segunda y otro por la tercera. Y se crea un Consejo Consultivo Honorario de los Medios Públicos que garantiza mayor participación social.  

16) Medios Municipales y Provinciales

Se reserva para cada Estado Provincial y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una frecuencia AM, una FM y una de televisión abierta. Cada Estado Municipal tendrá reservada una frecuencia FM.

17) Más voces de la sociedad civil

Se reserva el 33% de las localizaciones radioeléctricas planificadas, en todas las bandas de radiodifusión sonora y de televisión terrestres, en todas las áreas de cobertura, para las organizaciones sin fines de lucro. Además, los pueblos originarios serán autorizados para la instalación y funcionamiento de radios AM y FM y así como de señales de televisión abierta.

18) Medios Universitarios y Educativos

Las Universidades Nacionales podrán ser titulares de autorizaciones para la instalación y explotación de servicios de radiodifusión. Deberán dedicar espacios relevantes de su programación a la divulgación del conocimiento científico, a la extensión universitaria y a la creación y experimentación artística y cultural.

19) Televisión e infancia

Se prevé la creación de un Fondo de Fomento Concursable para la Producción de Programas de Televisión de Calidad para Niños, Niñas y Adolescentes que tendrá como objetivo desarrollar estrategias que permitan producir más televisión y radio de carácter educativo, cultural e infantil.  

20) Cine nacional

Se establece, por primera vez, la fijación de una cuota de pantalla. Los canales de televisión abierta y de cable deberán exhibir de forma obligatoria y en estreno televisivo ocho películas nacionales por año. La ley actual no contempla ninguna normativa de promoción del cine nacional.
Ver texto completo de la ley sancionada

http://www.argentina.ar/hablemostodos/noticias/C2396-nueva-ley-de-medios-punto-por-punto.php

MAPA DE LOS MEDIOS EN LA ARGENTINA





PORQUE SOMOS ALGO Y NO MAS BIEN NADA


IMPERDIBLE VIDEO DE JUAN PABLO FEINMAN 


LA TELEVISION ESTUPIDIZA E IMPIDE PENSAR




MANIPULACION MEDIATICA - EDUARDO GALEANO


CAMBIO DE AIRE


Miércoles, 14 de abril de 2010
TELEVISION › JUAN MICELI, SU SALIDA DE EL TRECE Y TN Y SU ARRIBO A LA TV PUBLICA

“No quiero hacerle el juego a la lógica de enfrentamiento”

El conductor dice no tener muy claro por qué se quedó sin espacio en las señales donde se formó, pero mira hacia adelante: “Me parece injusto juzgar a los periodistas por el lugar en el que trabajan. Ni antes era opositor ni ahora soy oficialista”.


 Por Emanuel Respighi
Sin comprender aún las razones por las que la gerencia de noticias de TN y El Trece lo dejaron ir tras dieciocho años de trabajo ininterrumpido, Juan Miceli camina por los amplios pasillos de Canal 7 con su habitual cortesía. El mal trato recibido en lo que para él era su casa y la poca voluntad para encontrarle un lugar en alguno de los medios del Grupo Clarín pareciera compensarse –se percibe– en la bienvenida que todavía le brinda el personal de todas las áreas de la TV pública, desde donde hace un par de semanas conduce Visión Siete Central (lunes a jueves a las 20). Un reconocimiento que sirve para, al menos, aplacar el mal trago sufrido durante 2009. “Si después de conducir segmentos y programas importantes para TN y El Trece reducen mis espacios y no hacen ningún esfuerzo por retenerme, no me queda otra opción que sentir que me empujaron a tomar la decisión de irme”, le explica a Página/12 el periodista en relación al cambio que acaba de formalizar.
Formado como periodista en la estructura de Artear (donde no sólo cumplió todos los pasos como cronista hasta llegar a la conducción, sino que también fue el lugar que le costeó becas en Estados Unidos e Inglaterra), Miceli se convirtió con el paso de los años en una de las caras informativas del Grupo, para el que cubrió acontecimientos como la guerra del Líbano, la muerte de Lady Di, la detención de Augusto Pinochet en Chile y el arribo de los restos del Che Guevara a Cuba, además de muchas elecciones presidenciales. Sin embargo, su cara está estrechamente relacionada a Telenoche investiga, uno de los programas más importantes de la gerencia de noticias de Artear en las últimas décadas, donde fue primero cronista y luego llegó a coconductor, junto a María Laura Santillán.
Sin embargo, el periodista sintió que aquel reconocimiento se fue desmoronando en los últimos años, cuando paulatinamente dejó de conducir segmentos informativos como En síntesis, y luego otro por las tardes de TN. El final de ese proceso se dio el año pasado, cuando su participación en la estructura informativa de Artear fue casi nula. Con sus modos, Miceli trata de encontrarle explicaciones racionales a su salida de Artear y cuenta sus expectativas, prejuicios y miedos por el arribo a la TV pública.
“Cuando se fue Andrés Repetto del canal, me ofrecieron encargarme del área internacional”, comienza a explicar el periodista, que es licenciado en Relaciones Internacionales. “La propuesta inicial –se explaya– era darle mucho impulso a la sección, pero al tiempo noté que casi no tenía espacio, los tiempos de salida se reducían y muchos días preparaba temas o informes que no salían al aire. De tener un lugar destacado en El Trece o TN pasé a no salir al aire, o que mi participación se redujera a un minuto en Telenoche. Planteé que entendía que había momentos en los que internacional no era prioridad, pero que entonces no quería estar en un lugar donde no fuera prioridad. Les pedí si podíamos rever la decisión y me dijeron que no, que no había otra cosa. Pedí volver a conducir en TN y me dijeron que no había espacio. La única alternativa que me ofrecieron fue volver a hacer móviles. Ahí tomé la decisión de irme.”
–¿La sección estaba relegada porque la cuestión nacional se la comió o por alguna cosa que sospecha?
–Está claro que para Artear la prioridad es la problemática nacional. Hoy mucho más. Pero hubo episodios con notas importantes que no fueron claros. Por ejemplo, en la Primera Cumbre Iberoamericana, el año pasado, donde había treinta y pico de presidentes reunidos, y cuando Hugo Chávez le regaló el libro a Barack Obama, el informe no salió en las dos horas que duró Telenoche. Fue tapa de todos los diarios. Y al día siguiente pasó lo mismo. Prefiero no tomarlo como algo personal. Prefiero pensar que es algo profesional y que no pudieron cumplir con la promesa de que lo internacional tuviera un espacio importante. Pero nunca había tiempo para mi tarea. Y todo periodista sabe que el trabajo se cierra con la publicación. No hay nada más de-salentador para un periodista que estudiar un tema, analizarlo, realizar un informe y que ese trabajo nunca vea la luz.
–Dado que hacía 18 años que trabajaba para El Trece, ¿esperaba otra manera de irse del canal?
–No noté ningún esfuerzo por retenerme. Estuve diez años conduciendo en los canales: Telenoche investiga, En síntesis, TN... Si después de tantos años como conductor no había un huequito, aunque sea en un horario marginal de TN, para tener continuidad al aire, entendí que no me querían más en sus pantallas.
–¿Ese maltrato fue lo que terminó por convencerlo de alejarse?
–Ese fue el disparador. Después noté que habían llegado otros colegas a hacer programas, que muchos colegas eran reasignados a las radios del grupo, como Mitre o La 100... Yo tengo mucho dolor porque me jugué mucho por el canal. Con Telenoche investiga es el día de hoy que sigo declarando en la causa por el padre Grassi, apostaron por mí durante mucho tiempo. No entiendo cómo no hubo aunque sea un gesto. Lo digo con una mezcla de bronca y pena. No creo que en un grupo como ése, con todos los medios que tiene, sea tan difícil encontrarme un lugar como conductor en algún lado.
–Por lo que conoce, ¿cree que lo suyo fue un caso aislado o es la forma de proceder del grupo?
–No sabría decirlo con precisión. Los medios de comunicación son, ante todo, empresas, y como tales están en todo su derecho de decidir quiénes siguen trabajando en ellas. El problema es que a mí ni siquiera tuvieron esa deferencia de decirme que no encajaba en su estructura o perfil. Siempre hubo una valoración positiva hacia mí, no sé cuándo empezó a cambiar, al punto que muchos colegas percibieron cómo iba perdiendo espacio en el canal. Hubo un desplazamiento notorio, que el archivo lo corrobora.
–¿Usted no sospecha que su salida tenga que ver con alguna cuestión ideológica, política, o hasta personal?
–No creo que sea por una cuestión política. Yo quiero creer que sólo fue por algo profesional. El Trece no es el mismo que hace años: el barco cambió de rumbo. Y en ese rumbo, sea por cuestiones profesionales o personales, muchos nos situamos al borde del precipicio. Antes, en los noticieros, se diferenciaba la información de la opinión; desde hace un tiempo, esa división está menos clara.

Cambio de hábitos

Luego de un “proceso de renuncia” que finalizó en noviembre del año pasado, Miceli comenzó una intensa búsqueda de trabajo en productoras, radios y canales. Todos le expresaban el buen concepto que tenían sobre su trabajo, pero nadie le ofrecía nada. Miceli no quiere pensar que su poco clara salida del Grupo Clarín haya influido a que su intensa búsqueda sea infructuosa. “Quiero creer que se debió a que no hay muchos lugares”, dice. Hasta que hace un mes apareció la propuesta de Canal 7 para conducir una edición del noticiero. “Acepté la propuesta porque necesitaba trabajar, me sentí reconocido y porque tengo la promesa de que si a futuro hay un programa periodístico en el canal, lo voy a conducir yo”, subraya.
–¿Lo seduce más la tarea periodística que la de presentador de noticiero?
–Como presentador de noticias uno no elige las notas que salen al aire. Ni en El Trece ni en el 7. En un periodístico cuenta la opinión y la mirada de uno. Con un periodístico yo siento que compenso el oficio periodístico. Presentar noticias te mantiene activo e informado, pero para un periodista inquieto es un trabajo limitado. A mí me gustan las coberturas y las investigaciones. No quiero dejar de ser periodista para ser sólo un conductor.
–¿La llegada a la TV pública le produjo más dudas que si la propuesta fuera de un canal privado?
–Sí. Se suele creer, erróneamente, que la información que difunde un canal público está más viciada de intereses que la que hace un canal privado. Estar en el 7 es un paso más en mi carrera. Pensarlo en términos de bandos es hacerle el juego a esa lógica de enfrentamientos. Yo soy el mismo en otro canal. Estamos viviendo, a partir de este debate mediático-político, una crisis de los medios y los periodistas. Creo que más que medios independientes, lo que hay que buscar son periodistas honestos. Lo bueno de esta lucha es que de no ser por este enfrentamiento habría cosas del Gobierno que nunca se hubieran sabido, de la misma manera que intereses económicos de las empresas periodísticas tampoco hubieran salido a la luz. El Gobierno dice cosas de las empresas que antes no hubiera dicho y las empresas dicen cosas del Gobierno que antes no decían. Se quebró esa convivencia. Creo más en periodistas honestos que en el periodismo independiente como abstracción.
–¿Por qué dice que hay que seguir periodistas y no medios?
–Un camarógrafo no decide qué cosas va a filmar, un editor edita el video que le traen y un redactor va a hacer la nota que le piden. Las editoriales de los medios se definen en la tapa de los diarios, en los títulos de los noticieros y en los boletines de radios. Los periodistas no tenemos decisión editorial sobre tapa de un diario o título de noticias. En El Trece yo no podía elegir los títulos y acá tampoco. Sí puedo negarme a leer un título que yo sé claramente que es una mentira o se trata de una información distorsionada. Un conductor no decide qué noticia presenta.
–El tema es que está más instalado en la población que la libertad de expresión es potestad de los canales privados y no de los noticieros de los canales públicos.
–Creer que la libertad de prensa es propia de los privados es una distorsión de lo que ocurre. Los canales privados están titulando más en función del enfrentamiento con el Gobierno, o en salvaguarda de sus propios intereses, que pensando en la relevancia social. Ningún privado se investiga a sí mismo, de la misma manera que el Estado tampoco lo hace desde sus noticieros. En El Trece no hubo ninguna nota respecto del negocio que hacía con el fútbol, de la misma manera que tampoco lo hace ahora el 7 con el nuevo contrato. Me parece injusto juzgar a los periodistas por el lugar en el que trabajan. Ni antes era opositor ni ahora soy oficialista. Yo soy responsable de la nota que hago. Asumo el riesgo de que, en esta lógica, muchos piensen que ahora que estoy en el 7 perdí credibilidad. Es ridículo. Pido que me juzguen por mi trabajo, no en dónde lo hago. Ningún periodista se identifica absolutamente con el medio para el que trabaja. En El Trece he elogiado la valentía del discurso de la Presidenta en la ONU, de la misma forma que señalé que el alineamiento de la Presidenta con Chávez no era bueno para el país en perspectiva internacional.




 CARTA DE UN REDACTOR DE CLARIN

 
Autor de "Manual del Antiperonismo Ilustrado" Diaz renuncio hoy al diario Clarín por "aprietes" sufridos a raíz de sus declaraciones a la revista Veintitrés.



















“Ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo”.


















CLAUDIO DIAZ: PORQUE RENUNCIE A CLARIN.




Este viernes será mi último día de trabajo en el querido Zonal Morón/Ituzaingó.

He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.

Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.

A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.

Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.

En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio "periodístico" del Planeta Clarín y sus satélites.

La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata.

Y hasta la consideré razonable.

Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso "progresista" pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.

Hasta ahí todo bien.

Lo que siguió después es distinto.

Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que "de ahora en más" dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más "importante") y que me limitara a hacer -es textual- "notas blandas".

Una estupidez, realmente.

Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana..

No dieron argumento alguno para justificar la negativa.

La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre.

Sin embargo, dije "basta" y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.

Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: "hasta aquí llegué".

Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse.

En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa.

Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo... Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza!

Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo.

A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo.

Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones.

Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria.

Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que "algún día" se les reconocerá la diferencia salarial.

Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, "son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática", pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea.

Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión?

Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo...): la demonización que practica el diario a través de un "inocente" semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias.

Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico.

En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente...

En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro.

Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella.

Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría.

¡Después cuestionan a D'Elía o a Moyano por las palabras "ofensivas" que lanzan contra el periodismo independiente y democrático!

La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo.

Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus "grupos de choque".

La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón.

Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer...: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio.

A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy.

Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado.

Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo.

Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva.

Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen.


"El Estado tiene que limitar la expansión de Clarín”

 Reportaje a Gonzalez Arzac

31-03-2010 /  El reconocido constitucionalista y el representante estatal en Papel Prensa apunta contra la prepotencia del monopolio y cuestiona la justicia mediática. Además, propone elegir a los magistrados con el voto popular.
Por Deborah Maniowicz


El debate sobre la Justicia, su rol y su accionar parece, por estos días, inagotable. “Que debería intervenir en cuestiones sobre las que el Poder Ejecutivo y el Legislativo no se ponen de acuerdo”; “que es el único poder no republicano y debería contar con elección de magistrados por el voto popular”; “que está politizada y actúa como corporación”, son apenas algunas de las consignas que reprodujeron funcionarios, jueces, periodistas y ciudadanos en general durante las últimas semanas. No es para menos: el mes de marzo sumergió a la corporación judicial en debates clave como los decretos de necesidad y urgencia ligados al Fondo del Bicentenario, la Ley de Medios, la intervención de Papel Prensa, los juicios por la verdad y hasta la extracción de sangre y el ADN de los hijos de Ernestina Herrera de Noble (ver recuadro), entre otros. Sin embargo, el abogado constitucionalista Alberto González Arzac no se sorprende de semejante protagonismo. Con más de 50 años de profesión, conoce a la Justicia como la palma de su mano: escribió sobre ella, caminó los pasillos de Tribunales, analizó jurisprudencia, pensó y diagramó normas siendo asesor en el Senado de la Nación y supervisó aspectos constitucionales de diversos proyectos legislativos. Sabe tanto de su importancia como del entramado político que la atraviesa. Y experimentó, en carne propia, la fuerza de la ley cuando semanas atrás un fallo del magistrado Eduardo Malde, a cargo del Juzgado Comercial Nº 20, lo devolvió a su puesto en el Consejo de Vigilancia de Papel Prensa. Allí había sido designado como representante del Estado, en octubre de 2009, pero las autoridades de Clarín y La Nación –con asiento en el directorio– le habían impedido asumir sus funciones exigiendo la designación estatal a través de asamblea de accionistas.

–En Papel Prensa, usted cuestionó la falta de información para analizar los balances de la empresa. Teniendo en cuenta que opera en Bolsa, ¿debería existir mayor control sobre la compañía?

–Tanto la Bolsa como la Comisión Nacional de Valores tienen la obligación de controlar la veracidad de los balances. Sin embargo, en los últimos meses hubo irregularidades. Si bien la CNV hizo su trabajo, la Bolsa dejó bastante que desear. Y eso se debe, en gran medida, a la complicidad que mantienen con el señor Alberto Maquieira (N. de la R.: el contador que, en noviembre de 2009, resultó electo presidente de Papel Prensa en lugar de Luis María Julio Saguier), a quien denuncié a través de una querella penal por fraudes al comercio y a la industria.

–¿Cuáles son las irregularidades?

–Un balance trimestral de septiembre de 2009, por ejemplo, fue dado a conocer como “aprobado” y es falso.

–¿Considera que por esos motivos impidieron que integre el Consejo de Vigilancia?

–Sabían que yo iba a controlar con seriedad a los accionistas. Mi cargo estaba ocupado por Carlos Collazo y él, siendo empleado del Estado, era proclive a consentir las decisiones de las empresas.

–En medio de la discusión por la nueva Ley de Medios, Osvaldo Papaleo, ex secretario de Prensa de María Estela Martínez de Perón, aseguró que Clarín le había arrebatado la empresa a la familia Graiver. ¿Debería replantearse la composición de la compañía teniendo en cuenta su origen?

–La constitución de la empresa es válida y no hay que modificarla: esta composición fue ideada por Graiver. Su proyecto era hacer una empresa en la que los grandes diarios fueran socios y el Estado pusiera el capital inicial, como se hizo a través del Banco Nacional de Desarrollo. En ese esquema, los grandes diarios tuvieron las acciones tipo A, el Estado las B y las C se las quedó la familia. Pero Graiver se llevó una sorpresa cuando le sacaron una tuerca del avión y se hizo bolsa, murieron tres sucesores, torturaron a su mujer y los medios consiguieron comprar los activos a precios absurdos. Clarín consiguió tener la mayoría de las acciones de Papel Prensa en la época de la dictadura. Y todos los trámites los hacía un tal Martínez Segovia, que era primo de José Alfredo Martínez de Hoz.

–¿Cuánto incide la actual pelea entre el Gobierno y el Grupo Clarín en el funcionamiento de la compañía?

–Una parte del enfrentamiento entre el Grupo Clarín y el Ejecutivo, que es lógico, se da en Papel Prensa. El Estado tiene que limitar la expansión de Clarín para defender la libertad de prensa e intervenir en la imprenta. Está en todo su derecho porque tiene acciones y como poder público tiene que bregar por el buen abastecimiento de todos los diarios. Los monopolios deben ser totalmente del Estado y, si no, están mal.

La Justicia intervino en este conflicto y también en otros debates, como la utilización de las reservas para el pago de deuda. ¿Qué aspectos debería replantearse como institución?

–Cuando se produce la Revolución de Mayo y la Argentina pasa a ser una nación republicana, la figura del presidente se quedó con muchas de las atribuciones que tenía el rey o el virrey pero con un plazo limitado de gobierno en seis años. Y los cargos en el Legislativo también fueron fijados con un recambio periódico. Pero la Justicia, en cambio, fue el único poder que no sufrió esa transformación. Además, a diferencia de los otros poderes donde sus autoridades son electas por el pueblo, en el caso del Poder Judicial los que gobiernan son los abogados.

–¿Sugiere que los magistrados deberían ser electos también a través del voto popular?

–Creo que sí. Al menos, se saldaría la más importante de las deudas de la Justicia. Si el pueblo es el soberano, debería elegir a todos sus representantes. Si no, a la Justicia siempre la gobiernan los mismos apellidos y un sector de la sociedad con poder adquisitivo muy elevado. Todo eso ayuda a que ese poder esté tan politizado.

–¿Ese aspecto quedó en evidencia tras la pelea por el uso de reservas que debían ser destinadas para el Fondo del Bicentenario?

–En primer lugar diría que hasta por ahí nomás es correcta la intervención de la Justicia en ese tema. Durante muchos años el Poder Judicial no dictó sentencias en las cuestiones que les estaban asignadas a los otros poderes. Pero esto se ha venido degenerando. Es un fenómeno antidemocrático porque órganos que son expresión de la voluntad del pueblo como el Poder Legislativo y el Ejecutivo pasan a dirimir sus cuestiones en el único órgano en que no participa el pueblo. Es una desvirtuación de la democracia como lo es la designación o sanción de los jueces por parte del Consejo de la Magistratura, compuesto por un conjunto de abogados, algunos diputados y otros representantes de la academia. El Consejo de la Magistratura es corporativo, casi fascista. Está mal que se les otorgue a los abogados, como si fueran una clase social, el manejo de un poder que es de toda la Nación.

–¿Cómo evalúa los intercambios que hubo entre el Gobierno y la Corte Suprema?

–El llamado a mesura y equilibrio que hizo la Corte también suele hacerlo la Iglesia. No creo que se haya quebrado la buena relación. La deuda en materia de Corte Suprema es nombrar a los dos miembros que falta designar. Personalmente creo que es insuficiente el número actual y que habría que completarlo de acuerdo a la ley. Francamente no me gustó cómo quedó integrada pero mejoró respecto de la anterior, que era demasiado afecta a los intereses del ex presidente Carlos Menem.

–¿La Justicia está mediatizada?

–Los periodistas abalanzándose sobre los jueces en busca de declaraciones no colaboran. En ese sentido, coincido con quienes piensan que los jueces tienen que hablar a través de sus fallos.

–El ministro supremo Carlos Fayt mantiene cada mañana charlas informales con periodistas en la puerta de su casa...

–Fayt es uno de los jueces que no debería formar parte de la Corte. La Constitución del ’94 fijó en 75 años el límite de edad para los magistrados. La Corte Suprema anterior consideró ese aspecto como inconstitucional para favorecer a Fayt, justo el día que cumplió 75. Pero por algo se había fijado ese límite en la Constitución y lo digo yo, que tengo 73. La vejez va deteriorando la inteligencia y la capacidad de trabajo. 
http://www.elargentino.com/nota-84418-El-Estado-tiene-que-limitar-la-expansion-de-Clarin.html

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PAPEL PRENSA

 OSCURAS MANIOBRAS DE LA "PRENSA INDEPENDIENTE"

05-04-2010 / Las trabas de Clarín y La Nación a la investigación sobre el traspaso de las acciones de Papel Prensa. Las estrategias para presionar a la Justicia.
Por Jorge Mancinelli
política@miradasalsur.com

En el momento que el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, firmaba la Resolución 126 con la cual el Estado investigará por primera vez cómo Clarín y La Nación llegaron a declarar propias acciones de Papel Prensa, el ingeniero Pablo Cerioli, uno de los tres directores que representan al Estado Nacional en la empresa relataba a Miradas al Sur: "Uno ve cómo funciona esta gente, con un grado de impunidad que uno creía que no existía. La soberbia y la impunidad con que operan, que la hemos visto en estos cuatro o cinco meses desde que asumimos la nueva gestión, es notable. Desobedecieron a la Comisión Nacional de Valores y actuaron con una prepotencia muy grande, que no deja de asombrar. Están acostumbrados a operar como un poder por encima de los poderes constituidos. Para ellos no existen marcos regulatorios legales, se manejan como si estuvieran exentos de respetar las normas como el resto de los mortales".
La cultura empresaria que muestran los autoasignados accionistas mayoritarios de Papel Prensa, tiene su propio huevo de la serpiente en las acciones que dicen haber comprado y que en rigor Videla les cedió. A ese origen apuntan los considerandos de la Resolución 126, en los que hay denuncias con nombre y apellido, hechos contundentes que están documentados. Una de esas denuncias la efectuó el embajador de la Argentina en los Estados Unidos Héctor Timerman en una solicitada, publicada el 27 de marzo último, en la que afirmó que "Clarín, La Nación y La Razón se apropiaron de la empresa Papel Prensa sabiendo que sus dueños (la familia Graiver) estaban secuestrados en las cárceles de Ramón Camps". También está la denuncia de Osvaldo Papaleo, cuñado de David Graiver, que acusó públicamente a Clarín de haber comprado Papel Prensa con la familia Graiver secuestrada. En este sentido hay otro hecho contundente que sobresale: el 29 de agosto de 1980, casi cuatro años después de la fecha en la que Clarín dice haber "comprado" Papel Prensa, el Gerente General de la empresa informó por nota a la Comisión Nacional de Responsabilidad Patrimonial (Conarepa) que "no existen constancias en los Libros de esta Sociedad (Papel Prensa) que certifiquen una transferencia de las acciones correspondientes a David Graiver. Tampoco de alguna venta efectuada en su nombre por Lidia Elva Papaleo, en representación de su hija menor María Sol Graiver, Eva Gitnacht de Graiver o Juan Graiver".
La Resolución 126 de Comercio Interior encomienda a los tres Directores y al Consejero que representan al Estado Nacional en Papel Prensa a que en el término de 90 días corridos elaboren un informe exponiendo la verdad de lo acontecido con las acciones que Videla cedió a Clarín, La Nación y La Razón. Para ello deberán comenzar por analizar el expediente que estaba depositado en la ex Conarepa y que ahora se encuentra a resguardo en Comercio Interior.

Una empresa en problemas. Los representantes del Estado Nacional, tres Directores y un Consejero que integran el Consejo de Vigilancia, se encontraron con una cerrada oposición al ejercicio de sus cargos por parte de los representantes de Clarín y La Nación. La obstrucción fue desde objetar la validez de las designaciones hasta no proporcionar información. Ante cada requerimiento de información la respuesta se mantuvo entre la negación y la dilación. En este sentido, Cerioli dijo:"Tuvimos bloqueado el acceso a la información, cada vez que pedíamos datos nos decían que lo tenía que tratar con el directorio, ante lo cual nuestra respuesta era: ¿qué directorio va a aprobar nuestro pedido si no hay directorio válido?".
Durante algo más de cuatro meses, los representantes de los accionistas privados sometieron a Papel Prensa a un descalabro institucional. Se empecinaron en hacer funcionar la empresa sosteniendo decisiones de un directorio que la Comisión Nacional de Valores calificó como irregulare e ineficaz a los efectos administrativos. Cuando se le pregunta a Cerioli cómo impactó el descalabro en la provisión de papel, respondió: "En este momento la línea gerencial de la empresa decidió suspender las operaciones con las partes vinculadas. Hoy, Papel Prensa no le está vendiendo a La Nación , Clarín ni a Cimeco". Esta última firma es propiedad de ambos diarios y controla las publicaciones Los Andes de Mendoza y La Voz del Interior de Córdoba, además de ser propietaria y editora de la revista dominical Rumbos. Ante la consulta de estoa sucede por pedido de los representantes del Estado Cerioli contestó:
-De ninguna manera. Es una decisión que tomó la gerencia. Ellos dijeron: si no tengo política comercial para la parte vinculada a la empresa no realizo operaciones. No es nuestra intención que esto ocurra, nosotros queremos que Clarín, La Nación y todos los diarios de la argentina, grandes o chicos, accedan al papel de Papel Prensa en condiciones de igualdad y equidad porque es la base de la libertad de prensa.
Lo engorroso del litigio lleva a suponer una jugada de victimización de los accionistas privados para presionar al juez que tiene la causa. La finalidad de esa maniobra sería lograr que, finalmente, los directores puestos por Clarín y La Nación le permitan a estos diarios seguir disponiendo de la mayoría en el directorio cuando se trate del manejo de las cuotas de papel de diario. Y conseguir, por la presión de las circunstancias, que se puedan aprobar estados contables que no están aún controlados por el Estado Nacional. Por lo pronto, el miércoles pasado se realizó un arqueo de la caja de Papel Prensa, encontrándose transferencias importantes de dinero a cuentas propias en el exterior; queda por ubicar la validez que la dirección de la firma debió haberle dado a tales giros.
Ante la consulta de si esta situación generó una parálisis productiva en empresa, Cerioli dijo que no "hay ninguna parálisis. Sigue la producción y la venta a diarios pequeños y medianos; incluso se exporta una parte de papel a Chile debido a los problemas que tuvo por el terremoto. Se sigue produciendo para el resto de los diarios y se está estoqueando.
-¿Qué falta para que la gerencia vuelva a entregar papel a Clarín y La Nación?
- Tiene que haber una reunión de directorio para definir la política comercial. El Secretario de Comercio Interior está pidiendo la definición de la política comercial. Nuestra posición es la que definió la Presidenta: democratizar el acceso al papel para diario.

Fuente: Miradas del Sur
http://www.elargentino.com/nota-84778-Oscuras-maniobras-de-la-prensa-independiente-.html